Cómo mejorar la calidad de atención sanitaria fortaleciendo la formación sobre cuidados a pacientes dados de alta.
La profesión enfermera se encuentra sujeta a una amplia exigencia ética, conceptual y técnica. Cada vez son más los campos de trabajo y escenarios de cuidado donde se desenvuelve.
Este hecho, determina la necesidad de una constante revisión y actualización de los conocimientos y aptitudes que garanticen un cuidado de calidad. Los profesionales de enfermería son una pieza clave en el sector salud. Conforman, aproximadamente, el 60% de la fuerza de trabajo en este ámbito y cubren el 80% del área de atención.
Para mejorar los estándares de prestación de servicios, algunos países como España implementaron el plan de cuidados de enfermería. Consiste en el registro o documentación del proceso de enfermería que, entre otras utilidades, sirve como herramienta de comunicación enfermera para asegurar la continuidad de los cuidados a los pacientes.
La continuidad asistencial se fundamenta en la interrelación profesional de los diferentes niveles asistenciales. En el ámbito hospitalario, este proceso comienza cuando el paciente ingresa y termina con la elaboración de un Informe de Cuidados de Enfermería (ICE). Sobre todo, para los pacientes que precisan atención tras el alta y que son transferidos a otros niveles asistenciales.
El ICE es un documento de comunicación escrita en el que el personal de enfermería de Atención Hospitalaria (AH), de forma autónoma y utilizando metodología enfermera, recoge información acerca del estado de salud del usuario, lo que conlleva a la elaboración de planes de cuidados que se inician durante el proceso de hospitalización. Tiene como objetivo mejorar el bienestar del paciente y la atención sanitaria que se le presta mediante la coordinación de los servicios sanitarios. De esta manera, busca lograr los objetivos de salud marcados con la mayor eficacia y eficiencia. Así, facilita la consecución del máximo nivel de salud, la continuidad de sus cuidados y la accesibilidad de la atención, teniendo siempre en cuenta la opinión del ciudadano.
Esta información fomenta la comunicación entre los distintos niveles de salud y aumenta la posibilidad de que los cuidados enfermeros no se interrumpan. Asegura la continuidad asistencial, ya que el informe va dirigido al paciente y a las enfermeras y enfermeros de Atención Primaria (AP) y Atención Sociosanitaria (AS). Se debe tener en cuenta que la información va a ser leída tanto por profesionales, como por el paciente y también su familia.
Una comunicación insuficiente y deficitaria al alta tiene efectos negativos que repercuten tanto a pacientes como a profesionales. Debido a la brecha comunicativa entre AP y AH, en múltiples ocasiones, es el propio paciente el que demanda la atención una vez dado de alta. La presencia del ICE es un factor de protección frente a la insatisfacción, de forma que los pacientes con este informe tienen una probabilidad 10% superior a los que no lo tienen de estar de acuerdo bajo continua atención.
Se realizó en la provincia de La Coruña, en España, un estudio observacional con el objetivo de conocer las variables relacionadas con la coordinación de los distintos niveles asistenciales en el Área Sanitaria de Ferrol (ASF), según la perspectiva de pacientes y familiares. Para llevarlo a cabo se diseñó una encuesta con más de 20 variables agrupadas en tres bloques. La misma fue respondida por pacientes hospitalizados y los familiares que los acompañaban durante la hospitalización.
En los resultados, este estudio evidenció la necesidad demandada por los pacientes y familiares de educación y formación sobre cuidados al alta de los pacientes. Se pudo observar que el 70% de los participantes consideró necesario recibir un ICE al igual que el informe médico. Este hecho plantea la necesidad de un esfuerzo mayor para conseguir mayor satisfacción de los usuarios con los cuidados ya que valoran muy positivamente el trabajo de enfermería y lo reconocen como importante. Esto significa que el ICE resultó ser un factor de protección para la insatisfacción con la continuidad de cuidados.
Respecto a la opinión de las enfermeras del ASF, una media de un 86% consideran que ambos niveles asistenciales están entre nada o algo coordinados. El 80,4% considera que la comunicación entre niveles asistenciales está entre nula y regular. Si bien la mayoría consideró que la continuidad asistencial es de suma importancia, la comunicación y coordinación no demostraron ser fuertes dentro del equipo sanitario de este hospital.
La continuidad asistencial es básica para afrontar las necesidades de los enfermos agudos, crónicos y al final de la vida. Para conseguir esa continuidad, se deben superar las barreras organizativas de los distintos niveles asistenciales, estableciendo mecanismos de coordinación adecuados. El ICE es un instrumento efectivo para dar continuidad a los cuidados, optimizando recursos del sistema sanitario, excelente para realizar educación para la salud y aminorar la ansiedad del paciente.
La elaboración del ICE no solo mejora la calidad de atención del sistema sanitario. Paralelamente, desarrolla la autonomía del profesional de enfermería, al tiempo que fomenta el reconocimiento socio-profesional y potencia la coordinación y la comunicación interprofesional.
Desafortunadamente, en América Latina y el Caribe, el puesto de enfermería no se encuentra totalmente cubierto. Según la Organización Panamericana de Salud (OPS) (2015), existe un déficit de personal médico en esta región. Resulta imperiosa la implementación de políticas que incentiven a la formación de nuevos profesionales y que le den un sentido de pertenencia a los que ya se encuentran en el sistema, para evitar su migración.
Coordinación interniveles, importancia del Informe de continuidad de cuidados de Enfermería y satisfacción de los pacientes y familiares tras la hospitalización. Revista Ene De Enfermería. (2021).
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