Este 14 de julio se celebra el Día Internacional del Auxiliar de Enfermería. La fecha busca poner en valor el importante trabajo que realizan estos trabajadores del ámbito sanitario. Diariamente asisten a profesionales de la enfermería en distintas tareas que permiten la recuperación de los enfermos. Incluyen, entre otras, la observación del estado del paciente, control de signos vitales, el aseo y la limpieza, los cambios de postura y movilización, además de la alimentación de aquellos que no pueden realizarla por sus propios medios.

El auxiliar de enfermería constituye el primer eslabón en la cadena de cuidados. Y está claro que el desempeño laboral que tienen demanda vocación y un fuerte compromiso con la actividad asistencial. Pero, a pesar de ello, no son pocos quienes deciden emprender el camino hacia la profesionalización en enfermería. Durante esa transición -o salida de la zona de confort- experimentan renuncias, duplican esfuerzos, reconfiguran roles y asumen nuevas identidades laborales.

El auxiliar de enfermería cambia la visión

En un interesante artículo, publicado en la revista Ciencia y cuidado, se retratan las vivencias de auxiliares de la enfermería en el trayecto hacia la profesionalización. La investigación -que incluyó entrevistas a profesionales colombianos- lleva la firma en primer término de Jhon Henry Osorio Castaño, doctor en enfermería y docente de la Universidad de Antioquia (Colombia). Allí se concluye que la experiencia de transición significa un verdadero desafío que involucra no solo a la persona, sino a todo su círculo laboral, familiar y relacional cercano. En donde se modifican imaginarios, cambian esquemas mentales anclados en la delegación y se asumen nuevas responsabilidades.

En el texto se menciona que ese trayecto formativo resulta enriquecedor para el auxiliar de enfermería. Comienza a comprender por qué pasan las cosas en los pacientes. Pero, además, a intentar idear nuevas formas de solución a problemas, o necesidades, que se presentan en su contexto laboral actual. “El auxiliar de enfermería cambia la visión que tiene de la profesión e identifica la versatilidad de campos de acción que posee”, comenta el Dr. Osorio Castaño en el artículo.

El apoyo es fundamental

Pero es cierto que transitar dicho camino generalmente implica una dosis extra de esfuerzo. “Era muy denso, a veces ciertas materias, entonces el combinar el trabajar con la parte académica se volvía algo complicado”, comenta uno de los encuestados en el estudio. Aquí la falta de tiempo es percibida por los profesionales como principal condicionante. “El tiempo era lo más duro, es decir, mi vida se desarrollaba de la clínica a la casa, de la casa a la universidad, y ya no había tiempo para nada”, comenta otra participante.

Según el Dr. Osorio Castaño, contar con el apoyo de la institución de desempeño resulta determinante durante los primeros pasos de la transición. Y eso se ve materializado generalmente por medio de permisos laborales. Por otro lado, no son pocos aquellos profesionales que consideran al apoyo familiar como algo central en el camino hacia el grado en enfermería.

Convertirse en enfermero o enfermera

Aquel enfermero o enfermera que previamente fue auxiliar ya tiene incorporado el conocimiento de la dinámica de los servicios y el funcionamiento del equipo de salud. Y ostenta algunas características que lo hacen fácilmente reconocible. Entre ellas se mencionan: la agilidad y las habilidades técnicas, el liderazgo, la confianza y la seguridad, la calidad humana y el compromiso, además del trabajo en equipo.

Según el texto, la transición implica un movimiento de un estado mental a otro. Pero esto no sucede de la mano de un evento singular, sino que ocurre como un proceso que lleva un tiempo indeterminado. Es que la profesionalización demanda otro rol y nuevas responsabilidades. Un profesional de la enfermería necesita cubrir varios frentes en su desempeño profesional. Debe poder demostrar que posee conocimiento y saber empoderarse, además de comunicarse de manera asertiva con otros profesionales. “La transición profesional requiere configurar un nuevo rol y asumir nuevas responsabilidades. Y además desligarse de un esquema mental de delegación”, resume el Dr. Osorio Castaño.