Han pasado varios siglos desde esa memorable carta de Asclepio a su hijo. Evidentemente, la práctica médica ha ganado y perdido cosas en el camino. Pero si se lee el documento, a pesar de la profunda transformación, se llegará a la conclusión de que sigue vigente a la hora del ejercicio profesional. Lejos de la mitología, refleja el día a día de médicos y médicas que ponen todo para cumplir una máxima. Es esa que dice que se puede curar a veces, aliviar a menudo, pero se debe consolar siempre. Este 3 de diciembre es un día especial. En Argentina, Chile y Colombia se festeja un nuevo Día del Médico y de la Médica. Y desde Océano Medicina Magazine creemos que, a pesar del profundo impacto generado por la pandemia de COVID-19, o la desilusión por mejoras en condiciones laborales que aún no llegan, ellos y ellas siguen allí. Como pidiera alguna vez el recordado médico argentino Francisco Maglio: “No solo al lado del enfermo, también ‘del’ lado del enfermo”.

¿Qué se necesita para ser un profesional de la medicina?

La Dra. María Javiera Lee Abarzúa se recibió de médica durante 2003. Fue en la Universidad de la Frontera, en Temuco, al sur de Chile. Tiene diplomados en diabetes, terapia ventilatoria y medicina interna. En la actualidad se dedica fundamentalmente al manejo de enfermedades metabólicas. “Ser médico requiere ser alguien profundamente humano, empático, hambriento de aprendizaje, tanto intelectual, como social”, contesta cuando se le consulta qué es lo que necesita tener hoy un médico o médica.

La palabra “empatía” se repite en la respuesta que brinda, desde Colombia, la Dra. Karen Luna Orozco. Es médica internista (Universidad Libre) y magister en Epidemiología (Universidad del Norte). “Un buen médico es el que tiene la capacidad de sentir las necesidades de sus pacientes”, comenta la Dra. Luna Orozco. También, señala que se debe poner en juego un profundo conocimiento académico y la predisposición para mantenerse en actualización constante.

El Dr. Guido Damianich coincide con ambas. Vive en Argentina y en el 2008 se recibió de médico en la Universidad del Salvador (Buenos Aires). Es especialista en cardiología y le interesa el manejo de la hipertensión arterial y la mecánica vascular. “Creo que hoy más que nunca se necesita vocación de servicio, empatía y pasión por lo que uno hace”, señala el Dr. Damianich. Y agrega que “es fundamental la educación médica continua, capacitarse en función del interés propio en cada área, pero atento a las necesidades cambiantes de la medicina moderna”.

Las mismas dificultades en todos los países

El trabajo de médicos y médicas, al igual que la del resto de los trabajadores de la salud, ha sido fundamental para afrontar los momentos más duros de la pandemia por COVID-19. Por eso resulta increíble ver cómo las condiciones laborales, ya deficitarias en la pre-pandemia, están lejos de haber mejorado. “Pensábamos que la pandemia venía a reforzar la atención y a mejorar los sistemas pero, al menos en nuestro medio, parecería haber profundizado las problemáticas”, se lamenta el Dr. Damianich.

El médico cardiólogo ve al sistema de salud fragmentado, desarticulado entre lo público y lo privado, con innumerables carencias que limitan la atención centrada en el paciente. La limitaciones afectan a los enfermos, quienes pierden acceso al sistema y ven lamentablemente incrementada la morbimortalidad por enfermedades, agudas y crónicas. Pero también, las falencias comprometen directamente al profesional de la salud. Esto se debe a remuneraciones insuficientes y al poco espacio y recursos disponibles para la capacitación y la actualización. En sintonía, la Dra. Luna Orozco pide por mejores condiciones de contratación y remuneración para los médicos y médicas que se desempeñan en Colombia.

Según la Dra. Lee Abarzúa, en Chile existen también limitantes económicas. “Faltan recursos en los hospitales, en la atención primaria, en la investigación de postgrado, y eso hace que lamentablemente muchos profesionales se “quemen” en el proceso de tratar de mejorar y transformar la salud en este país”, comenta a Océano Medicina.

La medicina gratifica

A pesar de los obstáculos que surgen en el camino, los tres profesionales disfrutan lo que hacen. La Dra. Luna Orozco dice que el ejercicio de la medicina la llena de satisfacciones. “Es una de mis fuentes principales de felicidad, me gratifica saber que he ayudado a alguien a tener una mejor calidad de vida, a acceder a un buen tratamiento, o a un diagnóstico oportuno”, asegura.

El Dr. Damianich, en tanto, se define como un apasionado de la ciencia. “Además, tengo una profunda vocación de servicio, así es que cuando logro conectar el mundo académico con lo asistencial disfruto mucho de mi profesión”, comenta. Y agrega que le gusta participar en docencia, pero también aprender día a día lo que le enseñan pacientes y colegas. “Necesito el contacto con el paciente, no imagino la medicina sin la magia que surge de esa relación”, dice el Dr. Damianich.

A la Dra. Lee Abarzúa le gusta ver cómo sus pacientes se empoderan frente a la enfermedad. Busca que sean dueños de sus propias decisiones, siempre en base al conocimiento. “Amo la interacción con ellos, la confianza, el cumplimiento de metas, me gratifica ser guía y alguien en quien puedan confiar”, señala.

Se celebra un nuevo Día del Médico y de la Médica. La Dra. Luna Orozco pide por mas unión entre los colegas y que se recuerde todos los días las razones que llevaron a escoger la medicina. El Dr. Damianich coincide en que dicha unión permitirá atravesar las dificultades que existen. Mientras eso ocurre, la Dra. Lee Abarzúa recomienda no perder el amor al quehacer. Desde este magazine, entonces, saludamos a los médicos y médicas por este día tan particular. Como decía Asclepio, pásenlo bien, almas generosas y espíritus ávidos de ciencia.