¿Es preferible evitar el amamantamiento o sostenerlo?
Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, destinada a fomentar que las madres amamanten a sus hijos recién nacidos. Este año, bajo el lema “Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable”, la campaña pondrá foco en el impacto que produce la alimentación infantil en el medio ambiente y por ende en el cambio climático global.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), los expertos sostienen que “la lactancia materna ayuda a mantener la seguridad ambiental, ya que no genera residuos y su producción no implica gasto de recursos naturales”.
A través de la lactancia, la madre proporciona al bebé los nutrientes que este necesita para fortalecer su salud. Además, consolida el vínculo psicoafectivo con él. Pero en tiempos de pandemia de COVID-19, ¿es preferible sostener o evitar el amamantamiento? ¿Qué decisiones deben tomar en este sentido los profesionales de la salud frente a una mujer que acaba de dar a luz con síntomas de este nuevo coronavirus?
Dado que hasta el momento no hay evidencia sobre la presencia del virus SARS-CoV-2 en la leche humana, aún frente a casos sospechosos y confirmados, se recomienda la lactancia. Pero para ello resulta fundamental que, antes de la toma, la madre utilice barbijo y realice una correcta higiene de manos y mamas.
En aquellos casos a donde el equipo de salud considere que no es aconsejable mantener juntos a la madre y al lactante, se recomienda que:
Es importante tener en cuenta que las bombas extractoras no se pueden compartir y que, antes de ser utilizadas, deberán pasar por un proceso de esterilización acorde a las directrices nacionales pertinentes.
Antes de la extracción, la madre aislada deberá utilizar barbijo y adoptar las siguientes medidas higiénicas para evitar la contaminación de la leche extraída:
Las recomendaciones sobre el cuidado y la alimentación de los lactantes deberán sostenerse durante el período de infectividad probable, es decir, durante los catorce días posteriores al inicio de los síntomas o en el tiempo que estos se prolonguen.
Una vez extraída la leche, es recomendable que los profesionales de salud realicen las siguientes acciones:
Por otro lado, el equipo de salud deberá reforzar el apoyo y acompañamiento a toda la familia. En ese sentido, deberá brindar información que garantice el tránsito por esta etapa con el menor riesgo para la continuidad de la lactancia y para la salud.
Las recomendaciones de mantener el distanciamiento físico, dirigidas a los adultos y niños de mayor edad, buscan reducir el contacto con personas asintomáticas con COVID-19 y la consiguiente posibilidad de transmisión del virus.
Pero, en el caso de las madres que presentan COVID-19 (o síntomas compatibles con la enfermedad), es recomendable una lactancia de sus bebés directa de la mama. Según la OMS, el objetivo de esto es mejorar la supervivencia, la salud y el desarrollo de los neonatos y lactantes, tanto a corto plazo como a lo largo de toda su vida.
Puede ocurrir que los lactantes contraigan la enfermedad al ser amamantados, pero, sin embargo, resulta más grave el hecho de que desarrollen patologías graves o incluso fallezcan si no reciben leche materna o si las fórmulas para lactantes se utilizan incorrectamente. De modo que los beneficios de la lactancia materna superan ampliamente los posibles riesgos de transmisión y enfermedad asociados a la COVID-19.
OMS MInisterio de Salud de la Nación Argentina
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