El Día del Donante de Médula Ósea, una fecha particular que permite recordar cuánto ha evolucionado la medicina en este campo.
El 1 de abril se conmemora el Día del Donante de Médula Ósea. Se trata de una fecha muy especial que permite recordar cuánto ha evolucionado la medicina en este campo.
El trasplante de médula ósea es un procedimiento que salva la vida de una gran cantidad de pacientes con cánceres de la sangre. En los últimos 20 años, las complicaciones infecciosas, gastrointestinales, renales y respiratorias vinculadas con este tipo de intervención han disminuido notablemente.
Sin embargo, se continúan necesitando estrategias que permitan que el trasplante de médula ósea sea más seguro y beneficioso. Por eso, resulta relevante el hallazgo de investigadores del MUSC Hollings Cancer Center, quienes encontraron que una cepa de bacterias puede reducir la gravedad de la enfermedad de injerto contra huésped (GVHD por sus siglas en inglés). Esta última es un efecto secundario potencialmente mortal de este tipo de trasplante. Sus opciones de tratamiento son limitadas.
Los investigadores Xue-Zhong Yu (director asociado de Ciencias Básicas en Hollings Cancer Center) y Hanief Sofi (autor principal del estudio), utilizaron modelos animales de ratones para observar qué ocurría en ellos tras un trasplante de médula ósea. Consecuentemente, los ratones desarrollaron GVHD aguda.
Los científicos realizaron un trasplante microbiano fecal (FMT por sus siglas en inglés) en los animales, que redujo significativamente la GVHD aguda y la proliferación de células T del donante de médula ósea en los órganos, que es lo que desencadena la GVHD.
Asimismo, emplearon secuenciación genética para ver qué cepas de bacterias eran diferentes entre el material fecal de los ratones que recibieron FMT y los que lo no recibieron.
Los científicos descubrieron que los ratones que tuvieron el mejor resultado, es decir la GVHD más baja, tuvieron los niveles más altos de una bacteria llamada Bacteroides fragilis. Mientras que los que no presentaban esa bacteria habían desarrollado GVHD aguda y crónica.
Al aplicarse solo esa bacteria a los ratones resultó, incluso, mejor que el método de FMT. La administración de B. fragilis aumentó la diversidad microbiana intestinal general e incrementó la cantidad de otras cepas de bacterias beneficiosas.
Sorprendentemente, la GVHD se redujo no solo por las bacterias vivas sino, también, por las bacterias que habían sido eliminadas por una breve exposición a altas temperaturas.
De esta manera, los investigadores concluyeron en que proteger la salud del tracto gastrointestinal es un buen objetivo para reducir la GVHD grave.
Los pacientes con cánceres de sangre, como leucemia, deben someterse a radiación y quimioterapia antes de que puedan obtener un sistema inmunológico libre de cáncer mediante un trasplante de médula ósea. Desafortunadamente, esos dos tratamientos desequilibran radicalmente el equilibrio entre el sistema inmunológico y la microbiota intestinal. De hecho, la diversidad de la microbiota se reduce 100 o incluso 1.000 veces. Esto conduce a una condición llamada intestino permeable.
Los estudios clínicos han demostrado que los pacientes que recuperan la diversidad de la microbiota más rápidamente tienen mejores resultados y una GVHD menos grave. Otros estudios han expresado que, además, el FMT puede ser eficaz para reducir la GVHD, pero el desafío es cómo conseguir el donante adecuado. Asimismo, los pacientes son inmunodeficientes después de un trasplante de médula ósea y existe un gran riesgo de infección grave si se utiliza FMT.
El estudio de Yu y sus colegas tiene dos hallazgos importantes. Primero, expresa que una molécula llamada polisacárido A en la superficie de B. fragilis parece ser crítica para las funciones reductoras de GVHD. Cuando las bacterias se modificaron para que carecieran de polisacárido A, la GVHD no se redujo en comparación con los ratones que no recibieron B. fragilis.
En segundo lugar, la administración de B. fragilis no disminuyó el efecto de injerto contra leucemia o de eliminación del cáncer del trasplante de médula ósea, aunque sí la expansión de células T del donante en el intestino.
Esto es fundamental, ya que las opciones de tratamiento de la GVHD que reducen el efecto injerto contra la leucemia no resultan clínicamente significativas. Se necesitan más estudios en humanos para llevar este tratamiento potencial a la clínica.
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