Durante las crisis epilépticas de cinco pacientes, se aplicó un método digital que permitió confirmar las zonas de origen de las convulsiones. Además, brindó la posibilidad de observar los cambios que ocurren en los ritmos cerebrales, en los cinco minutos previos a las crisis. La iniciativa se llevó adelante en el Hospital de Alta Complejidad El Cruce “Dr. Néstor Carlos Kirchner” (HEC).

El estudio fue dirigido por Silvia Kochen, investigadora del Conicet y directora de la Unidad Ejecutora de Estudios en Neurociencias y Sistemas Complejos (ENyS, CONICET-UNAJ-HEC). También participó Nuria Cámpora, neuróloga del HEC y primera autora del estudio, del que participó siendo becaria de Conicet.

Por otra parte, el dispositivo fue desarrollado por los ingenieros Sergio Lew, del Instituto de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Buenos Aires (IIBM, UBA) y Camilo Minnini, del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-F-IBYME).

Los resultados fueron publicados en la revista Scientific Reports.

¿Cómo funciona el método?

Las neuronas se comunican entre sí a través de pequeños impulsos eléctricos, las ondas cerebrales. Éstas se pueden medir por su frecuencia, más rápida o más lenta. Es sabido que estos ritmos actúan de manera autónoma e independiente, aunque en este trabajo los científicos notaron que, por momentos, se relacionan unos con otros.

Por ejemplo, si una frecuencia sube, la otra aumenta y, si la primera baja, la siguiente desciende también. Este comportamiento se llama ‘acoplamiento de amplitud de fases’ y ya se había observado en otras funciones como el lenguaje, la memoria o la visión, pero se desconocía su injerencia en la epilepsia.

Si bien otras investigaciones lo ubicaban en el momento inicial de una crisis, no se lo había descripto en los minutos previos.

Con el fin de medir esas frecuencias, se colocaron electrodos sobre la superficie del cerebro de los pacientes, para la realización de electroencefalogramas (EEG) intracraneales.

A partir de los resultados de los EEG se descubrió que el acoplamiento de amplitud de fases aumentaba significativamente en los electrodos posicionados en la zona del inicio de las crisis, justo antes de que se desencadenen. Mientras que, en los segundos posteriores, descendía a valores normales. En los electrodos alejados de dicha área, este comportamiento no fue observado.

Aportes del hallazgo

• Permite anunciar una inminente convulsión.
• Es un insumo para pensar la posibilidad de interrumpir la coordinación entre los ritmos como un método terapéutico menos invasivo que la cirugía.
• Brinda un respaldo importante a otras herramientas de diagnóstico que normalmente se utilizan para encontrar marcadores que señalen dónde comienza la crisis.

Cirugías para detener las crisis

La cirugía es uno de los tratamientos más interesantes, aunque sólo está indicada para el 30 por ciento de los pacientes. Aquellos que padecen una forma llamada “refractaria” que los hace resistentes a la medicación. Sin embargo, dentro de este grupo no todos están en condiciones de afrontar la intervención.

Como consiste en la extirpación de la zona del cerebro en la que comienzan las crisis convulsivas, la cirugía necesita de estudios rigurosos sobre el comportamiento de la señal eléctrica de las neuronas que permitan identificar el lugar exacto donde se originan, que en general se trata de una pequeña porción de apenas pocos centímetros.

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