Situación en la Argentina y abordaje interdisciplinario del embarazo adolescente por parte del equipo de salud
Para la Organización Mundial de la Salud, el embarazo en la adolescencia sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza.
Según el Fondo Población de las Naciones Unidas, Latinoamérica y el Caribe es la segunda región mundial con mayor proporción de nacimientos de madres adolescentes. Pero ¿Cuál es la incidencia en la Argentina? ¿Cuáles son las posibles complicaciones, riesgos físicos y psíquicos, además de los lineamientos de atención diferenciada de la gestante menor de 14 años? La Dra. Miriam Salvo, médica tocoginecóloga, profesora universitaria y miembro del departamento Materno Infantil Hospital Posadas, responde a esas y a otras preguntas de interés en esta entrevista ofrecida a Océano Medicina.
– ¿Cuál es la incidencia de embarazos en niñas menores de 14 años en la Argentina?
– En nuestro país, como en muchos otros, no existen datos acerca de qué cantidad de niñas menores de 14 años se embarazan. Las cifras publicadas están referidas a los egresos hospitalarios por nacimiento o aborto. Por lo tanto, podemos decir que, según las cifras del Ministerio de Salud de la Nación, cada año alrededor de 3.000 nacimientos corresponden a madres menores de 15 años.
– ¿Cuál es la morbimortalidad de niñas producto del embarazo o parto?
– Desde el punto de vista de la morbimortalidad en este grupo etario, las menores de 15 años tienen un riesgo aumentado, inherente al embarazo en sí desde el punto de vista biológico. Tal es así que estas jóvenes presentan mayor prevalencia de anemias, partos de pretérmino, y algunas complicaciones puerperales (es decir, luego del nacimiento) como pueden ser la dificultad para establecer el vínculo madre-hijo, algunas infecciones como la endometritis, etc.
– ¿Cuáles son los riesgos físicos y psíquicos para una adolescente embarazada menor de 14 años?
– Estas jóvenes madres se encuentran en los primeros años de edad ginecológica, es decir, post menarquia. En estos años, la presencia de menstruaciones abundantes por ciclos irregulares o inmadurez del eje hacen que las jóvenes puedan padecer anemia, lo que empeora con el embarazo. En otros casos, la nutrición deficiente (por elección o por carencia de recursos), la falta de planificación de los embarazos o las situaciones de ocultamiento por ser víctimas de violencia hacen que los embarazos sean controlados más tardíamente esto trae aparejado que complicaciones leves del embarazo se transformen en severas.
Desde el punto de vista de los embarazos no planificados, hay que tener en cuenta que algunos de ellos son producto de abuso sexual, y muchas veces dado lo avanzado del embarazo al momento de tomar conocimiento de la existencia del mismo, no se puede trabajar adecuadamente con la adolescente sobre el destino de ese embarazo. El embarazo a edades tempranas pone de manifiesto muchos aspectos de la vida de la adolescente, de su entorno social y familiar y de la educación sexual integral no recibida. Hay que recordar que la adolescencia es una etapa de asincronía bio-psico-social ya que desde el punto de vista biológico son aptos para la gestación pero aún no han logrado su desarrollo sicológico y social. Hay que recordar también que éstas jóvenes madres, no han finalizado sus estudios y muchas veces no los finalizarán. El acompañamiento durante el control prenatal del equipo de psicología que atiende adolescentes facilita la adaptación a esta nueva etapa que está atravesando.
– ¿Cuáles son las complicaciones obstétricas más frecuentes?
– Dentro de las complicaciones obstétricas más frecuentes encontramos la amenaza de parto pretérmino, la anemia, las infecciones urinarias y del tracto genital inferior. La eclampsia aún hoy sigue apareciendo cuando no se toman las previsiones para evitarla. La frecuencia de recién nacidos de bajo peso es mayor que en las adultas.
– ¿Cuáles son las complicaciones durante el parto y posparto más frecuentes?
– Si bien las adolescente en general tienen menos cesáreas que las adultas jóvenes, cuando se las compara con el grupo etario de 20 a 25 años las más jóvenes suelen presentar mayor temor al parto, sobre todo en aquellas en las que el embarazo es producto de un abuso sexual o violación. Durante el puerperio, las complicaciones más frecuentes están relacionadas con la dificultad en el establecimiento del vínculo con el recién nacido y las endometritis sobre todo secundarias a infecciones del tracto genital inferior.
– Cuáles son los lineamientos de atención diferenciada de la gestante menor de 14 años en relación con:
– la hospitalización: si bien lo ideal sería tener salas de embarazadas y puérperas adolescentes, la falta de camas y la infraestructura edilicia de muchos hospitales hace que la internación de las menores de 15 años sea en las mismas salas que en las adultas y siempre dentro de los servicios de obstetricia. El equipo de salud está sensibilizado para la atención de estas madres tan jóvenes, y no solamente son atendidas por los médicos, sino también por nutricionistas, trabajadoras sociales, psicólogas. Los médicos del equipo de embarazo juvenil siguen a las adolescentes mientras están internadas. Las adolescentes estarán acompañadas durante su internación por la persona elegida por ellas.
– la atención durante el trabajo de parto: en general, la atención durante el trabajo de parto se hace con los médicos y obstétricas de guardia, muchos de ellos conocidos desde los cursos de psicoprofilaxis y consultorio.
– atención del puerperio: la atención en el puerperio sigue los lineamientos expuestos en la hospitalización.
– atención para la salida de la madre y su neonato: cuando la paciente se encuentra en condiciones de alta, recibe consejería sobre salud sexual y reproductiva, sobre todo de métodos anticonceptivos y se va con el método elegido, de ser posible. Recibe también una charla sobre alta conjunta donde se dan pautas de puericultura y signos de alarma para la consulta precoz de ella y su hijo.
– Cuáles son las condiciones indispensables para garantizar la calidad en la atención de la embarazada menor de 14 años en relación con los:
– recursos físicos para la atención: consultorio que garantice confidencialidad y elementos para el control prenatal.
– recursos humanos: personal especializado en la atención de adolescentes embarazadas.
– ¿Puede una niña tener un parto natural? ¿En qué situaciones se debe indicar una cesárea?
– Las niñas pueden tener un parto natural en tanto y en cuanto el peso del feto sea acorde a la pelvis materna y estén dispuestas a atravesar el momento del parto. La indicación de la cesárea estará dada por las condiciones obstétricas y fetales en el momento del nacimiento, la existencia de patología materna que impida el parto por vía vaginal, y la aptitud psicofísica de la joven hacia el mismo.
– ¿La consulta y la exploración ginecológica de la niña embarazada deben realizarse con la presencia de un familiar o una persona de su confianza? Si la niña expresa su deseo de ser examinada en privado, ¿qué debe hacer el obstetra? ¿Puede atenderla?
Las niñas entre 13 y 16 años tienen derecho a pedir y recibir atención de salud. Pueden elegir ser atendidas con o sin familiar o persona de su confianza. Necesitarán acompañamiento en aquellos casos de tratamientos o actos médicos que impliquen riesgo grave para su salud o su vida.
– ¿En qué casos se sugiere plantear la posibilidad de interrupción del embarazo? ¿Hasta qué semana de gestación? ¿Cuáles son los derechos de la niña en relación con la interrupción del embarazo?
– Se plantea la interrupción del embarazo en aquellos casos en que el embarazo sea producto de abuso o violación, cuando sea riesgoso para la salud de la madre y en las malformaciones fetales incompatibles con la vida. En realidad cuanto más tempranamente se plantee la interrupción del embarazo será más rápida la resolución e inclusive se puede realizar la práctica en forma ambulatoria antes de las 12 semanas de gestación. Los protocolos varían según la jurisdicción, pero en general la mayoría de los protocolos llegan a las 20 semanas de gestación. La niña tiene derecho a acceder a la interrupción del embarazo. Siempre se tratan los casos controversiales dentro de equipos multidisciplinarios teniendo en cuenta el interés y bienestar superior de la niña/adolescente.
– ¿Qué obligaciones impone la justicia al médico que recibe en una consulta a una menor embarazada?
La atención de niñas y adolescentes contempla la obligatoriedad del trato digno y respetuoso y el derecho a la confidencialidad y a la intimidad.
– ¿Existe en Argentina algún protocolo de atención de niñas embarazadas? ¿Hay organismos que atienden o albergan a estas niñas? En caso de responder en forma afirmativa: ¿Cuáles? ¿Cómo funcionan?
En la Argentina existen protocolos de atención para adolescentes embarazadas y recomendaciones ministeriales. La atención se da en los hospitales, centros de salud y sanatorios de acuerdo a la cobertura. Existen hogares para madres adolescentes pero no abundan: Hogar Eva Duarte, Hogar Amparo Maternal, Hogar Nuestra Señora del Refugio (San Miguel), Jakairá (Centro para madres y padres adolescentes), entro otros.
En general, el equipo de salud, y fundamentalmente las trabajadoras sociales, se encargan de las derivaciones.
Dra. Miriam Salvo
Médica tocoginecóloga certificada en ginecología infanto juvenil.
Médica a cargo del grupo de trabajo de embarazo en la adolescencia del departamento Materno Infantil Hospital Posadas.
Docente de la Universidad de Buenos Aires
Expresidenta de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil.
Estudió Genética Molecular en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
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